Muchas veces el Marketing Experiencial me recuerda a las performance de artistas, ocurre en lugares determinados, por un breve espacio de tiempo y a un grupo muy limitado de gente. El rendimiento se consigue a través de un vídeo que demuestra la experiencia de otros, por eso es que siempre me ha llamado la atención este tipo de publicidad, en cierto modo limitado, pero de alto impacto. En este caso se trata de la promoción del nuevo Toyota Yaris, que ha tenido lugar en Praga, y donde se han cambiado los nombres de las calles del centro de la ciudad por los de conocidas canciones. La experiencia venía de conducir el coche que gracias al GPS sincronizaba la música del interior con la de la calle por la que transitabas, consiguiendo así una conducción donde no primaba hacia donde ir, sino dejarse llevar relajadamente y disfrutar del viaje, no del destino. Genial la experiencia, aunque nos parece algo triste, que cada vez resulte más difícil realizar esta práctica en nuestra ajetreada vida diaria, en lugar de una campaña.
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